25/4/07

El arte de ser encontrado


Uno de los mayores logros en la reciente revolución tecnológica ha sido, sin duda, la aparición de Internet, y con ella, el auge de buscadores capaces de indexar un inimaginable caos informativo.
Gracias a los buscadores de Internet viajamos más barato, comparamos información en poco tiempo, reencontramos a antiguos amigos, hacemos negocios… el uso de un buscador es tan ilimitado como nuestra imaginación. Pero un buscador por só sólo no es capaz de encontrar exactamente lo que estamos buscando. De hecho, Google incorpora un botón a su motor de búsqueda llamado “Voy a tener suerte” entendiendo que dar con lo que buscamos a la primera no es tarea fácil.
Por ello es tan sumamente enorme la competencia por ocupar el puesto Número Uno entre los resultados, ya que pocas veces miramos más allá de las primeras 10 propuestas recibidas. Estar en el top ten es tan importante como estar en La Quinta Avenida de Nueva York o en el Paseo de Gracia de Barcelona. Los buscadores son de suma importancia en la decisión de compra, o en muchas otras decisiones de nuestra vida diaria. Y no basta con pagar más, como cuando quieres estar en una determinada localización, sino que pesa más la estrategia y el conocimiento que el dinero.

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